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lunes, 18 de noviembre de 2013

charlas con Albiac

"UNA HISTORIETA SOBRE EL 
17 de Octubre de 1945
                       ESO QUERRÍA ALGUNA VEZ PODER HACER"



Avenida Corrientes, foto tomada de:http://agendacultural.buenosaires.gob.ar
En el año 2007 Pablo Muñoz me convoca para hablar y terminar los detalles relacionados con la inminente salida de mi libro sobre Oesterheld bajo su sello Deux Books a un bar de la avenida Callao y Corrientes. Como hago siempre me acerco llevando mis anotaciones y ayudamemoria para aprovechar a fondo el momento de la charla. ¡Qué iluso! El que aprovechó el poco tiempo que teníamos fue el editor, ya que como estaba terminando varios libros a la vez nos reunió a unos cuantos, ese día en ese bar y a esa misma hora. No fue lo esperado, pero no hubo otra forma que hablar a 100 por hora y tratar de no dejar nada en el aire. En fin, que al final eso se pudo. Incluso creo recordar que Pablo estaba en el tema de organizar un evento de comics y cosas por el estilo. Allí estábamos alrededor de una mesa para charlar, cada uno de un tema distinto pero todos a la vez, como si los astros se hubieran alineado y recuerdo entre otros a Alejandra Márquez y a un gran señor guionista que hacía como 20 años que no veía: Carlos Albiac.

Carlos Albiac estaba allí convocado por la pronta edición del libro Cero Buenos Aires, con dibujos del gran Walther Taborda.
Tapa del libro
"Cero Buenos Aires"
Libres de la reunión, nos pusimos  a charlar con Albiac como si nos conociéramos de toda la vida. En seguida me sugirió ir a otro bar, porque este estaba además de los ruidos, multipoblado. No era sencillo o mejor, agradable, tratar de hilvanar pensamientos y escuchar al otro en medio de un ruido de fondo de cucharitas, tazas, máquinas de café y muchísimos comensales, ninguno mudo al parecer.
Caminamos por Corrientes y nos metimos en un bar. A la hora nos fuimos  a otro que parecía no tener apuro por cerrar (recuerdo que en el camino nos cruzamos y saludamos con Diego Ferruchelli que venía caminando en sentido contrario también por la avenida Corrientes, y seguimos) y finalmente llegamos a otro bar, a un tercero que estaba ubicado en la esquina de Corrientes y Libertad, el bar “Brasilia”. En ese sitio, hoy ya no está, nos habíamos reunido varias veces en las primeras juntadas del grupo Woodiana, incluso allí le hice en solitario la entrevista a José Massaroli, por ejemplo. Yo era habitué del lugar porque quedaba cerca de donde mi hija estudiaba y/o se reunía con compañeros de clase así que más de (muchas) veces me he quedado haciendo tiempo para luego ella pasar a buscarme e irnos juntos a casa. Una forma excelente de esperar a alguien es sentado a la mesa de un bar, leyendo o dibujando o tal vez planificando un libro o revista nuevos. 
Albiac en sus últimos años
Pero ese día estaba allí charlando con una leyenda viva de la historieta: Carlos Albiac, el creador de tantos episodios de Alamo Jim, de Cabo Savino, de “A través de Oceanía”, del libro con Alberto Breccia sobre Lope de Aguirre, para los libros del Quinto Centenario, el autor de "Perdido Joe" con Casalla como dibujante, de“Big Rag” con Oswal y de “Lejos Pratt” con el mismo artista, etc. 
Carlos bebía el café y fumaba, a la vez y le dije entonces de cuando nos habíamos visto la primera vez: lo evoqué. Y nos reímos juntos. Él había ido a dar una charla a los alumnos del curso de dibujo e historieta de la Asociación de Dibujantes de Argentina (ADA) en 1979,y yo era uno de esos alumnos. La charla esa vez fue muy interesante, Albiac ya era un hombre ducho en los quehaceres de la historieta y nosotros admirábamos lo que hacía, sobre todo lo referente  a “Calico Jack”, pero nos pasamos buena parte de esa charla haciendo caricaturas sobre su persona con mi amigo Horacio Batlle, porque que era notorio que tras una densa nube de humo de sus cigarrillos estaba hablando de pie el escritor Albiac. La nube parecía estancada sobre él como niebla del Támesis o como esas nubecitas que estacionan entre picos helados montañosos. Carlos, inmutable seguía hablándonos de la secuencia, del plano, de la importancia de tener una buena historia antes de saber cómo encararla, etc. Ahora no, pero hace poco buscando otra cosa aparecieron algunas de esas caricaturas. La charla continuó saborando un par más de cafés que le invité, y a los que él accedió algo reticente, pero insistí. Yo sabía por Muñoz que Carlos no estaba pasando por un buen momento pero no sabía entonces cuán malo era éste. Supongo que Albiac estaba a gusto, charlando. Tal vez no era mérito mío sino una necesidad suya de ser escuchado. O de volver a hablar de “los buenos viejos tiempos”, lamentablemente pasados. Digo que estaría a gusto ya que las horas pasaron rápido. Y entre que nos encontramos a eso de las 19 o 20 hasta que mi hija pasó por el bar a buscarme (cerca de las 23) y nos fuimos los tres en un taxi (Albiac accedió a que lo dejara de paso por la Estación Constitución, pero no que lo llevara a donde moraba) muchas palabras fueron y vinieron. Entre los temas tocados estuvo nuestro amor mutuo por la obra de Leopoldo Marechal.
Yo le recordé que en 1979, en aquél curso de la ADA, alguien le preguntó que estaba leyendo y que él contestó:
Carlos Albiac en el año 1979
"Últimamente estoy leyendo y más que nada, estoy descubriendo, porque para mí fue un “descubrimiento” no le conocía esa veta, que escribiera  así, a Elzie Crisler Segar, el autor de Popeye, un humorista notable, lo estoy leyendo en las revistas “Blue Jean” donde sale ese personaje hermoso que es “Cepillo”(*), con su esposa y el profesor Cacúmen, realmente son muy disparatadas las escenas y los personajes resultan muy graciosos”.

Hablamos también sobre política y no surgió porque si, sino a raíz de una respuesta que me dio y me resultó gratamente…inesperada.
Yo: “Carlos, está claro que son muchos años de escribir y que, tal vez, hiciste de todo como guionista, policial, romántico, gauchesco, humorístico, para niños, historieta histórica…no sé, de todo”
Carlos: “Así es, si, bah, uno trata de escribir.  ganarse el mango, porque era un trabajo también, gratificante pero trabajo”.
Yo: “Por eso, ¿te quedó algo por escribir?¿Hay algún tema en especial que no hiciste pero que te gustaría escribir alguna vez?”
Carlos: Sí, sí, claro. Y te lo digo así, rotundo: me habría encantado poder hacer una historieta sobre el 17 de octubre de 1945”..."Una historieta sobre el 17 de octubre de 1945, eso querría alguna vez poder hacer"
Yo: Sobre el 17…
Carlos: Sí, ahí hay de todo, está todo: la gesta, la rebelión popular por el líder, traiciones, amistades, lucha, amor, odios… ¡Cuánto odio gorila que había entonces, en aquellos años! Sería una gran historia para contar”.
YO: ¿Y la va a hacer?
Carlos: “No creo, ya no creo que pueda hacerla, pero quién sabe…”
Yo: “Deduzco que usted es…peronista?”(risas)
Carlos, mirándome sonriente: “Y qué te parece”

Carlos Albiac, nacido en 1928, prolífico y original escritor para cine, tv e historieta, falleció unos pocos años después, en agosto de 2012. 
Chau,”Cátulo”, los que apenas te conocimos te admiramos desde siempre por tus historias tan imaginativas como originales.
Antes de irnos del bar, le pido si me puede dar un autógrafo,y vacila, como diciendo "¿en dónde?" y ahí le señalo una de las servilletas de papel que había garabateado hace rato cuando hablamos de secuencia cine e historieta,y riendo casi,me la firma y es como un saludo...para siempre.

Felipe R. Ávila

(*): Se refiere a la tira "The Five-Fifteen" (1920), que en 1926 cambia su nombre a Sappo y que en España se conoció como “Cepillo”.