vino a mi hotel. Lector suyo desde hacía siete años,para mí, Héctor G. era el más grande guionista de historietas del habla hispana. Seamos precisos: el único merecedor de ese título. Yo hacía periodismo y escribía los textos de una tira diaria de humor desde hacía cinco años en Chile, pero el guionista de historietas, la mente detrás de varios ríos de seriales simultáneas,era él".(...) "Inventar (Oesterheld) decenas de personajes y escoger sus ilustradores fue lo de menos: impuso una profesión y un estilo, editó más revistas de las que se cuentan con los dedos, infundió respeto por la forma de expresión de dibujo y texto. Lo imaginaba como ese grabado de Doré donde al Quijote, sentado en su biblioteca, lo rodean los espectros de cien escenas... sin embargo, ese día,Héctor G. no tenía sitio de trabajo".
C.C.: ("Creí normal principiar con su Sargento Kirk, raro por ser un western sin cowboy".
Oesterheld: Sí, pero no es para tanto. Es el poema de Martín Fierro replanteado en el Oeste, el soldado desertor que se amiga con los indios. Tiene un vaquero compinche... me interesaba el ambiente...
C.C.: ¿Y El Eternauta?
Oesterheld: Partió como algo entre la novela La Guerra de los Mundos de Herbert G. Wells y el modo en que la contó Orson Welles por radio. Si los marcianos atacan, deben hacerlo donde el lector lo note... en Buenos Aires, este caso. Y no basta poner marcianitos verdes, con antenas... deben ser extraterrestes de horror como los Manos o los cascarudos. En el fondo, pensé un Robinson Crusoe, la soledad del hombre rodeado no por el mar sino por la muerte...
C.C.: ("Está escrito: se anticipó a su propia historia... Lo leo y me entra un escalofrío").
Oesterheld: Y no es un hombre solo. Este tiene su familia y sus amigos y juega a las cartas en un chalet de Vicente López ajeno a la invasión que se viene encima. Queda más consistente, ¿no?
C.C.: ("Busqué en la memoria una serie boscosa: Ticonderoga, donde Hugo Pratt incluía mapas del Canadá")
Oesterheld: Bueno, de chico leí El último de los Mohicanos de Fenimore Cooper. Es un homenaje, ¿no?...
C.C.: ¿Y la forma en que cuenta las historias... el narrador está dentro de la acción para que sepamos que es "su versión" y no una realidad lo que oímos.
Eso no pasa en Superman, Batman, ni Dick Tracy...(dije. Él puntualizó):
Oesterheld: Cierto... es un truco que inventó Conan Doyle. Nunca conocemos a Sherlock Holmes ¿recuerda? Es más sugestivo que el Dr. Watson, con poca imaginación y mucho asombro, nos ponga al tanto. Hay mayor intriga si en un trozo el narrador entiende sólo a medias lo que pasa. Se ha hecho mucho, pero funciona ...
C.C: Quise subrayar lo original de "Black Poppy", la historia de un bombardero y su tripulación dibujada a dos manos por Solano y Schiaffino.
Oesterheld: Hubo una película sobre la historia de un barco, desde que sale de los astilleros hasta que lo hunde un submarino... esto era parecido pero en el aire ...
C.C.: "Si lo viera ahora, le diría que el mismo cambio de elemento resurgió en el cine en los años 90: La historia de un bombardero veinticinco años después que el suyo, pero más propagandístico, menos entrañable, que se llamó Memphis Belle. La conversación pudo seguir con cada ficción que Héctor G. inventó y mantuvo. Si las hubiese nombrado una por una, como una guía de teléfonos al día, creo que una por una las habría degradado, con un suspiro, una clave, alzando sus hombros de camisa gris, "no eran para tanto". Empecé a mosquearme. Había viajado a establecer que era el mejor en su género, pionero de una carrera narrativo-industrial desconocida en América Latina (un guionista profesional y no un dibujante-guionista)... ¡y él no me Dejaba!").
Mas adelante C.C. cuenta como escribió él una historieta de guerra junto al dibujante Vivanco donde los héroes (dos hermanos) intecambiaban roles para confundir al enemigo, con el sacrificio de uno de ellos.
Oesterheld: Y bueno, usaron el gambito más arduo, ¿no? "El vuelco de Sydney Carton" es siempre enredado.
C.C.: ("¿Sydney Carton? El nombre era familiar pero ¿de dónde?")
Oesterheld: Es el héroe de Historia de dos ciudades, de Charles Dickens. Va a la guillotina en lugar de otro. ¿No vio la película con Ronald Colman?
C.C.: ("La habían estrenado seis años antes que yo naciera... y él la tenía tabulada").
C.C.: ("En 1965, Héctor G. aún confiaba en reflotar la Editorial Frontera").
Oesterheld: Nos comió el éxito. Se nos fueron las estrellas, seguimos con los ayudantes, hubo problemas de distribución..."
C.C.: ("Me iba a contar otro elemento de la caída, pero lo calló. La posibilidad de publicar en Chile quedó en el aire").
Para leer la nota completa:
Hernán Ostuni: "Héctor Germán Oesterheld en Chile: Aventuras tras la Cordillera", Sonaste Maneco Nº 1,Julio-Septiembre de 2004.
http://www.labanacomic.com.ar/maneco.htm
que buena nota! gracias por el dato, la voy a leer completa, que grande este HGO, siempre metido en la aventura, desde todo su bagaje de historias y autores, con esa energia que sólo él sabía impulsar en sus historias y palabras!
ResponderEliminarabrazos amigazo!
¿Y te gustó la imagen?
ResponderEliminarLa hice hace años con plastilina
(la manita del Mano, un mano bien chiquito, por cierto).
La tarjeta de Oesterheld es auténtica suya,me la regaló uno de sus nietos, Martín, allá por 1992 o ´93...
Me encantó.
ResponderEliminarRescato dos perlas para atesorar y volcar al papel, el milagroso día que las musas bajen a dictarnos narrativa, mirá:
1)
el narrador está dentro de la acción para que sepamos que es "su versión" y no una realidad lo que oímos. :)
2)
Partió como algo entre la novela La Guerra de los Mundos de Herbert G. Wells y el modo en que la contó Orson Welles por radio. Si los marcianos atacan, ¨deben hacerlo donde el lector lo note...¨ en Buenos Aires, este caso.
De luxe estos dos tips ehhhh!!!!
Besos mil
SIL
Coincido querida amiga un diálogo interesante y pedagógico.
ResponderEliminarLo raro es que se publicó hace seis años entremezclado con otras cosas(tal vez por eso) y nunca se lo comenta en la lista de las entrevistas a Oesterheld, siendo que es real.
Otros mil besos para usted,che.
F.
Muy bueno Felipe, un texto que se disfruta. Y me encantó el "Manos" que hiciste, ja, si no aclarabas a Diego en el comentario se me pasaba por alto el detalle. Y lo de la tarjeta, que lindo recuerdo. Un abrazo.
ResponderEliminarjejeje que grande Efilep, esa manito del Mano es tremenda, además está sosteniendo la tarjeta esa que de sólo pensarlo me estremezco....
ResponderEliminarimpecable maestro!