Para el hoy inexistente o difícil de encontrar blog de Telam sobre historietas, escribí durante el 2012 unas 10 notas. Algunas como ésta donde pongo el acento en una historieta singular "Intrusos". Una obra con una alta calidad en su producción y realización, que me parecía necesario recuperar y traerla aquí para sacarla de ese limbo del olvido al que van las notas y fotos viejas de blogs carcomidos por el desinterés. O sumidos al ostracismo por fluctuantes decisiones basadas en quién sabe que interés.
"INTRUSOS" UNA HISTORIETA POLISÉMICA
DONDE SE DEMUESTRA UNA VEZ MÁS QUE LAS POSIBILIDADES DE LA HISTORIETA NO TIENEN LÍMITE CUANDO HAY AUTORES CON CREATIVIDAD Y MUCHO PARA DECIR.
DONDE SE DEMUESTRA UNA VEZ MÁS QUE LAS POSIBILIDADES DE LA HISTORIETA NO TIENEN LÍMITE CUANDO HAY AUTORES CON CREATIVIDAD Y MUCHO PARA DECIR.
En octubre de 2009 la revista Fierro cumplió tres años en su
renovada y actual etapa de producción y lo celebró con un número especial de 76
páginas que reunió cerca de 70 autores entre guionistas y dibujantes. Es en
esta revista especial donde el espacio se ve reducido, se acorta para poder
compartirlo con el otro, con ese autor que sigue en la contigüidad de la página
siguiente, la de al lado, y con el que
tal vez no exista ninguna continuidad posible ni estética ni ideológica. Allí, en
esa revista dos jóvenes artistas de la historieta publican una sola página que
resulta ejemplar de todo lo bueno que se puede decir y hacer para contar una
buena historia en pocas palabras y con el “record” de utilizar ¡un solo
dibujo!. Esa historieta se llama
“Intrusos”. Los autores: Diego Agrimbau
en guión y Dante Ginevra en dibujos. Y se puede decir de ellos que lo hicieron
de nuevo. La sola mención de sus nombres suele asegurarnos un buen producto
historietístico ya sea trabajando juntos o por separado con otros artistas. Pero
en este caso, el ejemplo tratado es excelente por el tratamiento, y por los
límites del género a los que llega, lo que redunda en una historieta única.
Memorable.
Tanto busca los límites de la historieta que su publicación generó extensos debates en algunos foros de Internet sobre si es realmente una historieta o una ilustración. Veamos por qué. Aclarando de entrada que en mi opinión no hay dudas sobre que es simplemente una historieta, pero magistralmente realizada, además. Esta historieta se lee con la regularidad habitual de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, siempre descendiendo con la mirada en la búsqueda del globo o cuadro siguiente. Es lo habitual este sentido de lectura en la historieta occidental. Los autores se aprovechan eficazmente de esta convención y ubican los distintos diálogos que los protagonistas tienen en esa disposición. El dibujante realiza un solo cuadro, que ocupa toda la página y que es a la vez de escenario general, una suma de lo necesario para cada cuadro particular, desde donde estos personajes hablan. La particularidad y el logro está dado justamente en no dibujar a los personajes (al llegar al final de la página/de la historia veremos el por qué) y en no hacer –al mismo tiempo- los cuadros divisorios. Esta particularidad resulta un auténtico logro, ya que vemos lo sucedido por los efectos resultantes en el mismo edifico que nos servía de fondo, de escenario para la tragedia y por el que va el lector descendiendo-por esa escalera ya rota- mientras desciende también la mirada buscando el globo siguiente y va aumentando al tensión a la vez de nuestra comprensión acerca de lo que sucede. Porque esa es la palabra: tensión. Aquí el gran mérito para lograrlo es de ambos: del guionista porque plantea la historia y la cuenta a su modo ofreciendo al lector lo mínimo y justo, y del dibujante por todo lo que le puede dar para sostener con precisión esa historia. Y desde el dibujo le responde de la mejor manera, con la línea sensible, con la perfección de los detalles mínimos. Podrá decirse entonces que es un dibujo detallista. No elude dibujar ni la estructura deteriorada del edifico ni esas siluetas fantasmales que dejan los muebles y cuadros cuando han sido retirados luego de años de permanencia y con el que el sol a modo de cámara oscura ha dejado una impresión fotográfica de ellos. Su ausencia formal traducida en siluetas es la virtualidad del drama. Porque justamente no se trata de una historia policial, la de un crimen sino de un drama mayor, el de los que deben usurpar una vivienda ante la carencia mínima de un techo. Esos intrusos del título recorren en poco espacio, un solo cuadro, toda una vida-virtual- de desgracias bien reales. Y de carencias Efectivas. Cuando uno ve la pared manchada con rastros de sangre, salpicada de violencia y lee el cuadro cercano donde el personaje Daniel implora por su mujer Marissa, uno advierte que está no ya en la cima de la escalera por la que personajes y lector van transitando sino por una cima real de la mejor historieta nacional. Claramente no es una ilustración sola, es un dibujo con globos de texto que orientan la lectura del mismo modo que si tuviéramos la clásica división de cuadros. Y estos globos generan la secuencia, donde discurre y explota el drama y la tragedia final. Que es doble, ya que hace a la muerte impune tanto como a la manipulación con fines de lucro, de una ganancia de dinero a cualquier costo.
Tanto busca los límites de la historieta que su publicación generó extensos debates en algunos foros de Internet sobre si es realmente una historieta o una ilustración. Veamos por qué. Aclarando de entrada que en mi opinión no hay dudas sobre que es simplemente una historieta, pero magistralmente realizada, además. Esta historieta se lee con la regularidad habitual de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, siempre descendiendo con la mirada en la búsqueda del globo o cuadro siguiente. Es lo habitual este sentido de lectura en la historieta occidental. Los autores se aprovechan eficazmente de esta convención y ubican los distintos diálogos que los protagonistas tienen en esa disposición. El dibujante realiza un solo cuadro, que ocupa toda la página y que es a la vez de escenario general, una suma de lo necesario para cada cuadro particular, desde donde estos personajes hablan. La particularidad y el logro está dado justamente en no dibujar a los personajes (al llegar al final de la página/de la historia veremos el por qué) y en no hacer –al mismo tiempo- los cuadros divisorios. Esta particularidad resulta un auténtico logro, ya que vemos lo sucedido por los efectos resultantes en el mismo edifico que nos servía de fondo, de escenario para la tragedia y por el que va el lector descendiendo-por esa escalera ya rota- mientras desciende también la mirada buscando el globo siguiente y va aumentando al tensión a la vez de nuestra comprensión acerca de lo que sucede. Porque esa es la palabra: tensión. Aquí el gran mérito para lograrlo es de ambos: del guionista porque plantea la historia y la cuenta a su modo ofreciendo al lector lo mínimo y justo, y del dibujante por todo lo que le puede dar para sostener con precisión esa historia. Y desde el dibujo le responde de la mejor manera, con la línea sensible, con la perfección de los detalles mínimos. Podrá decirse entonces que es un dibujo detallista. No elude dibujar ni la estructura deteriorada del edifico ni esas siluetas fantasmales que dejan los muebles y cuadros cuando han sido retirados luego de años de permanencia y con el que el sol a modo de cámara oscura ha dejado una impresión fotográfica de ellos. Su ausencia formal traducida en siluetas es la virtualidad del drama. Porque justamente no se trata de una historia policial, la de un crimen sino de un drama mayor, el de los que deben usurpar una vivienda ante la carencia mínima de un techo. Esos intrusos del título recorren en poco espacio, un solo cuadro, toda una vida-virtual- de desgracias bien reales. Y de carencias Efectivas. Cuando uno ve la pared manchada con rastros de sangre, salpicada de violencia y lee el cuadro cercano donde el personaje Daniel implora por su mujer Marissa, uno advierte que está no ya en la cima de la escalera por la que personajes y lector van transitando sino por una cima real de la mejor historieta nacional. Claramente no es una ilustración sola, es un dibujo con globos de texto que orientan la lectura del mismo modo que si tuviéramos la clásica división de cuadros. Y estos globos generan la secuencia, donde discurre y explota el drama y la tragedia final. Que es doble, ya que hace a la muerte impune tanto como a la manipulación con fines de lucro, de una ganancia de dinero a cualquier costo.
Simple en lo formal, clara en su
expresividad, rotunda en su mensaje y profunda en su contenido.
Una trágica historia que adquiere
variados significativos en estos tiempos donde para aprovechar un terreno y
construir edificios en torre en algunos municipios se sobrevalora y maximiza
cada centímetro del suelo. Una maravillosa historieta de una sola página que
demuestra los límites (que se superan) y las posibilidades del género.
Felipe R. Ávila
¡Qué nota "super interesante" !!!!!un desafío hacer una historieta en una sola página.Felipe te felicito por elegir mostrarnos este material. Cariños Martha
ResponderEliminarLo curioso es no haber dibujado a los personajes y haber dejado al lector del lado de afuera.
ResponderEliminar