"Comíamos caviar a cada rato, todos los días, y no nos dábamos cuenta", dice esta frase de su autoría con convicción de científico que ha realizado un descubrimiento, mi amigo Marcelo Héctor Piñeiro. Y lo dice con ese dejo de axioma irremediable que tienen algunas frases, lo que hace parecer al que lo dice, como amargado cuando en realidad nos está hablando de lo que simplemente no tiene remedio. Y tiene razón, con esa frase mi amigo, porque se refiere a las revistas de historietas que abundaban y además de accesibles eran realizadas por artistas de primer nivel mundial. Comíamos caviar. Claro, ahora que estamos como Chaplin con un cordel del zapato en la boca, a punto de asarlo, nos damos cuenta de la diferencia. Eso no impide que elogiemos cada intento de revista de historietas que aparece. Pero es otra cosa. ¿No será tampoco que ya no somos nosotros mismos los que éramos sino que el mundo cambió y las circunstancias de la producción masiva de historietas, candorosas y coloridas ha cambiado para siempre? Es algo más que eso, que es casi evidente, es otra cosa. Es como el aire. Está siempre ahí, nos acostumbramos a respirar sin pensar en él, sin valorarlo. El aire está ahí, aquellas revistas estaban también siempre ahí. El aire está ahí, y si no estuviera más tampoco habría ser humano para entenderlo. Y esa es la diferencia pequeña entre el aire y aquellas joyas, aquellas revistas de historietas de la infancia. Esas revistas hoy “llenas de aire”. Se han perdido, no están más, y nos hemos quedado solos y pensando en ellas. La nostalgia, que a veces se asocia malamente a la tristeza, existe, y nunca podría estar mal. O bien. Simplemente existe. Ese sabor agridulce que experimentamos, ese Paraíso perdido. Esas revistas de la niñez. El mundo cambió tanto que ya ni sirven como evasión pura las revistas de historietas. Son analizables desde su contexto histórico, desde su valor morfológico o semiológico. Sin embargo, cuando por esas cosas que tiene la vida volvemos a tomar contacto con alguna de aquellas revistas viejas, digamos por caso, con alguna de la editorial Columba, como esos anuarios de El Tony, con tapas realizadas por Ricardo Villagrán. O esos D´artagnan ilustrados por Lucho Olivera o por Juan Dalfiume o por el inmenso Alfredo de la María...¡Que portadas, que trazos, que aventura prometían!...
O evoquemos también a esas otras revistas entrañables, las mexicanas "EN", de Editorial Novaro, o las que venían del país hermano de Chile: las "Zig-Zag, las de Quimantú, las de Gabriela Mistral...
Cuando pensamos otra vez en esas queridas revistas de historietas, ahí el tiempo se esfuma, la distancia de los años se pierde y vuelve a encenderse la magia, esa que sale directamente de las páginas amarillentas y mal impresas y va y llega directo a nuestra emoción. "Las de Novaro"... Veo ahora (recuerdo) esas magníficas historias dibujadas por Curt Swan, con un Superman para mi perfecto. La Legión de Súper Héroes con sus uniformes diferentes, diseñados, coloridos, distintos, únicos. ¿Cuántos de nosotros antes de empezar a leer esas aventuras mirábamos primero la lista de héroes que participaban en ese episodio? Estaban sus caras y debajo los nombres traducidos por la editorial, algunos nada que ver con los originales, eso se supo mucho más tarde. O los “Campeones de la Justicia”. Pienso y disfruto el recuerdo: esas historietas de Gil Kane, con esas posturas imposibles al dar una trompada, super-elongado, con el impagable y extraordinario Hal Jordan-Linterna Verde. Pienso en esas tapas de Neal Adams, o en aquellas historias tenebrosas de Jack Kirby: "Jason Blood", con su demonio “Etrigan”. ¿Y aquellas magníficas y variadas “Domingos Alegres"? Eran esas que traían muchos títulos distintos. Yo intentaba coleccionarlas, me acuerdo. “La Familia Robinson”, “El Dr. Solar, el hombre atómico”, “Viaje al fondo del Mar”, “Tierra de Gigantes”, “Los Invasores”, “El Tunel del Tiempo”, “El poderoso Sansón” y para mi la mejor: “Magnus, el Robot”, de Russ Manning… ¡¡Cuántas horas de esparcimiento, de evasión, de no hacer nada más que estar tirado en el frío piso de baldosas, panza al suelo, escapándole al calor de un verano hoy añejo!!...
Aunque no, no es cierto que no hacíamos nada…imaginábamos mundos fabulosos, nos sentíamos en la posibilidad de todo. Soñábamos con ser astronautas, navegar los océanos, viajar en el tiempo…Allí nacían variadas vocaciones: la de escribir, la de dibujar, la de –simplemente- narrar. Compartir con imágenes la fascinación con alguna persona desconocida, con ese lector hipotético y lejano. Con vos, tal vez ahora, que leés con una sonrisa esta pequeña cartita.
Aunque no, no es cierto que no hacíamos nada…imaginábamos mundos fabulosos, nos sentíamos en la posibilidad de todo. Soñábamos con ser astronautas, navegar los océanos, viajar en el tiempo…Allí nacían variadas vocaciones: la de escribir, la de dibujar, la de –simplemente- narrar. Compartir con imágenes la fascinación con alguna persona desconocida, con ese lector hipotético y lejano. Con vos, tal vez ahora, que leés con una sonrisa esta pequeña cartita.
Felipe R. Avila
Nota: las portadas de revistas argentinas fueron digitalizadas en su mayoría por el Sr. Rubén Ribeiro para "Woodiana”, grupo de Yahoo encargado de recuperar digitalmente y preservar el material de revistas de historietas argentinas, como bien cultural. Por la memoria popular, por la cultura. esta tarea se realiza, por supuesto, sin fines de lucro. Dirección: http://ar.groups.yahoo.com/group/woodiana/
Las restantes portadas aparecen por gentileza del Sr. Sergio Vergara F., del blog: "Logística Mental Via Comics”, que también hace una tarea inmensa y sin lucro para recuperar y preservar en este caso,revistas de historietas enteras y completas (incluso con sus publicidades) . ver el blog: http://sergiovergaraf.blogspot.com/
Qué buena colección de tapas, Felipe!!
ResponderEliminarY muy buena la composición.
Te faltaron algunas: Lúpin, El Sorprendente Hombre Araña, alguna de Mazzone, alguna Patoruzú....
Me acuerdo de esas de la Legión de Superhéroes... de Archi, Sal y Pimienta, Stanley y su monstruo...
Las belgas no las nombro, porque después de todo, se consiguen. A qué precio!!! jaja.
Che, que buen recuerdo.
Me gustó mucho. Claro, tantas veces lo hemos hablado.
Saludos,
Gracias, amigo.Es cierto. lo hemos hablado con gusto varias veces, con ese placer de la evocación,pero de algo que en algún lugar permanece vivo.
ResponderEliminarEl aire nos permite respirar,vivir.
Ese aire de aquelas revistas, es el que llena nuestros espíritus, me parece. Y no debe estar mal, porque es una forma de estar mejor, de sobrevivir.Nos hablamos.
Qué gran combinación de nostalgia y alegría me trajo el texto y la posibilidad de repasar tapas (de las cuales varias recuerdo haber tenido en mis manos durante la niñez) le brinda a esta entrada y su autor, un invaluable agradecimiento.
ResponderEliminarEs verdad, mientras estaban, era cosa de todos los días. Hoy que, increíblemente ya no salen, anhelamos como niños que vuelvan a caer en nuestras manos.
Saludos!
¡Qué lindos recuerdos! Gracias feli,por enviarme el mail para que me pique el bichito y venga para acá.Cómo me gustaban De la María y Villagrán! Y Nippur..!
ResponderEliminarEn otro orden de cosas,en tu descripción yo pondría:Súper-creativo,súper-narrador,súper.etc......Sos un gran tipo,vos!!
Para Susana: eh!¡No exageres!(te faltó:Super Gordo)Susy, escribi algo siempre, incluso si no te gusta la nota y anotate como seguidora,che.
ResponderEliminarPara Neto: Es así esta nota,combina nostalgia y alegría. Gracias amigo otra vez, por leer atentamente cada nota.