Palabras de Julio Cortázar
(Refiriéndose a su libro sobre Fantomas) entrevistado por Joaquín Soler para un programa de la TV española, año 1977.
“…en realidad es un cómic ¿Cómo dicen en España aquí, a las historietas? Dicen un Cómic. Lástima que en América Latina y en España tengamos que utilizar palabras inglesas con la variedad de palabras españolas…
Joaquín Soler (superponiéndose a lo que expresa Cortázar): …es la historieta, la palabra Cómic nos ha invadido también, con posterioridad que a vuestros países…
Cortázar: _Bueno, en todo caso sirve como signo. Uno se entiende. Bueno, la historia de Fantomas es la siguiente. Y te la voy a contar un poquito en detalle porque creo que tiene sentido. Porque es un libro que…por circunstancias obvias, no entró en España en la época que se publicó, supongo que entrará ahora. Y la verdad que me gustaría que mis amigos lo leyeran. La historia es la siguiente: yo había estado trabajando con el tribunal Bertrand Russel que hizo tres reuniones, dos en Roma y una en Bruselas, donde se cuestionó, y se puso sobre el tapete el problema de la violencia, de la tortura, de los regímenes de extrema derecha en el Cono Sur. Y entonces. El trabajo del Tribunal Russel como ya había hecho en la guerra de Viet Nam, consiste en la audición de testigos, el control de esas audiciones por juristas imparciales, y en definitiva: una sentencia. Que no tiene desgraciadamente ningún valor práctico, pero si un valor moral. Es decir: condenar ciertos gobiernos, condenar ciertos sistemas, condenar determinadas fuerzas negativas, en este caso en América Latina. Bueno, puesto que me conoces, sabes muy bien que yo acepté ser miembro de ese jurado y trabajé todo lo que pude en el tribunal. A la hora de las sentencias, pasó que el bloqueo informativo en América Latina, perfectamente manipulado como lo está, hizo que inmensas masas de población no tuvieran la menor noticia, es decir, no se enteraran de lo que el tribunal Russel había hecho en ese plano. Lo cual naturalmente el tribunal no podía impedirlo porque no tiene medios; el Tribunal Russel no tiene medios, no puede luchar contra El Pentágono, y no puede luchar contra los dólares. Entonces se tenía que limitar a la distribución lo más eficaz posible, pero muy limitada. En ese momento, me llegó de México, “un cómic”, me lo envió un amigo, diciéndome: “mira, cuando un escritor entra como un personaje de un cómic, eso ya es la celebridad mundial”, lo que pasa que yo empecé a mirar ese cómic y es uno que se publica en México, las aventuras de Fantomas. Que originalmente es un personaje de Francia, pero lo han “Aztequizado”, lo han vuelto mexicano (risas). Entonces este Fantomas, en esa historieta, se enfrenta con un loco armado de una especie de rayo láser, que ha decidido destruir la cultura. Entonces quema bibliotecas, etc. Entonces los escritores, desesperados ante ese “genocidio cultural” se dirigen a Fantomas porque es el único superhombre que puede luchar contra un súper asesino, criminal. Entonces en el cómic, se veía a Octavio Paz telefoneándole a Fantomas diciendo: tienes que hacer algo, tienes que salvarnos. Se lo veía a Alberto Moravia, se la veía a Susan Sontag y se me veía a mi que le telefoneaba diciendo: “Fantomas, confiamos en ti, tienes que hacer alguna cosa.” Entonces Fantomas sacaba pecho, se lanzaba volando, porque vuela Fantomas, y finalmente, descubría a este maniático y lo liquidaba, “como en todo un buen cómic”. Bueno, me llegó eso y me hizo mucha gracia verme como un personaje de un cómic. Bueno, pensé un poco más y me dije: “bueno, si esta gente me ha utilizado como un personaje de un cómic sin pedirme permiso, ¿por qué yo no voy a utilizar una parte de este cómic sin pedirle permiso a ellos? Creo que tengo ganado el derecho moral”.Y entonces eliminé todo lo que no me interesaba, guardé algunas de esas imágenes, y escribí una historia que es una nueva versión de “lo que realmente pasó”.En donde Fantomas en definitiva al ir a liquidar a una sola persona, está cayendo en la trampa, porque ese genocidio cultural no es la obra de un loco, es la obra de todo un sistema que yo llamo “El Imperialismo Norteamericano”, que en América Latina, hace todo lo que puede para asimilarnos a su estilo de vida, a su manera de pensar, y, en última instancia, a su “American Way of Life”, a su manera de entender el mundo, que es un sistema capitalista imperialista, que tu sabes muy bien no es mi sistema ideal ni la vía que yo pienso que tiene que ser la de América Latina. Entonces escribí intercalando las aventuras de Fantomas, pero cambiándole el sentido, y en última instancia incluí la sentencia del Tribunal Russel. Y le pedí al editor que publicase esto imitando lo más posible una de esas pequeñas revistas de cómic, y que en vez de venderlo en las librerías, lo vendiera en los kioskos. Entonces el resultado fue que sesenta mil mexicanos leyeron eso en dos meses. Y que eso se distribuyó hasta donde se podía distribuir en América Latina.” (…) “
(Refiriéndose a su libro sobre Fantomas) entrevistado por Joaquín Soler para un programa de la TV española, año 1977.
“…en realidad es un cómic ¿Cómo dicen en España aquí, a las historietas? Dicen un Cómic. Lástima que en América Latina y en España tengamos que utilizar palabras inglesas con la variedad de palabras españolas…
Joaquín Soler (superponiéndose a lo que expresa Cortázar): …es la historieta, la palabra Cómic nos ha invadido también, con posterioridad que a vuestros países…
Cortázar: _Bueno, en todo caso sirve como signo. Uno se entiende. Bueno, la historia de Fantomas es la siguiente. Y te la voy a contar un poquito en detalle porque creo que tiene sentido. Porque es un libro que…por circunstancias obvias, no entró en España en la época que se publicó, supongo que entrará ahora. Y la verdad que me gustaría que mis amigos lo leyeran. La historia es la siguiente: yo había estado trabajando con el tribunal Bertrand Russel que hizo tres reuniones, dos en Roma y una en Bruselas, donde se cuestionó, y se puso sobre el tapete el problema de la violencia, de la tortura, de los regímenes de extrema derecha en el Cono Sur. Y entonces. El trabajo del Tribunal Russel como ya había hecho en la guerra de Viet Nam, consiste en la audición de testigos, el control de esas audiciones por juristas imparciales, y en definitiva: una sentencia. Que no tiene desgraciadamente ningún valor práctico, pero si un valor moral. Es decir: condenar ciertos gobiernos, condenar ciertos sistemas, condenar determinadas fuerzas negativas, en este caso en América Latina. Bueno, puesto que me conoces, sabes muy bien que yo acepté ser miembro de ese jurado y trabajé todo lo que pude en el tribunal. A la hora de las sentencias, pasó que el bloqueo informativo en América Latina, perfectamente manipulado como lo está, hizo que inmensas masas de población no tuvieran la menor noticia, es decir, no se enteraran de lo que el tribunal Russel había hecho en ese plano. Lo cual naturalmente el tribunal no podía impedirlo porque no tiene medios; el Tribunal Russel no tiene medios, no puede luchar contra El Pentágono, y no puede luchar contra los dólares. Entonces se tenía que limitar a la distribución lo más eficaz posible, pero muy limitada. En ese momento, me llegó de México, “un cómic”, me lo envió un amigo, diciéndome: “mira, cuando un escritor entra como un personaje de un cómic, eso ya es la celebridad mundial”, lo que pasa que yo empecé a mirar ese cómic y es uno que se publica en México, las aventuras de Fantomas. Que originalmente es un personaje de Francia, pero lo han “Aztequizado”, lo han vuelto mexicano (risas). Entonces este Fantomas, en esa historieta, se enfrenta con un loco armado de una especie de rayo láser, que ha decidido destruir la cultura. Entonces quema bibliotecas, etc. Entonces los escritores, desesperados ante ese “genocidio cultural” se dirigen a Fantomas porque es el único superhombre que puede luchar contra un súper asesino, criminal. Entonces en el cómic, se veía a Octavio Paz telefoneándole a Fantomas diciendo: tienes que hacer algo, tienes que salvarnos. Se lo veía a Alberto Moravia, se la veía a Susan Sontag y se me veía a mi que le telefoneaba diciendo: “Fantomas, confiamos en ti, tienes que hacer alguna cosa.” Entonces Fantomas sacaba pecho, se lanzaba volando, porque vuela Fantomas, y finalmente, descubría a este maniático y lo liquidaba, “como en todo un buen cómic”. Bueno, me llegó eso y me hizo mucha gracia verme como un personaje de un cómic. Bueno, pensé un poco más y me dije: “bueno, si esta gente me ha utilizado como un personaje de un cómic sin pedirme permiso, ¿por qué yo no voy a utilizar una parte de este cómic sin pedirle permiso a ellos? Creo que tengo ganado el derecho moral”.Y entonces eliminé todo lo que no me interesaba, guardé algunas de esas imágenes, y escribí una historia que es una nueva versión de “lo que realmente pasó”.En donde Fantomas en definitiva al ir a liquidar a una sola persona, está cayendo en la trampa, porque ese genocidio cultural no es la obra de un loco, es la obra de todo un sistema que yo llamo “El Imperialismo Norteamericano”, que en América Latina, hace todo lo que puede para asimilarnos a su estilo de vida, a su manera de pensar, y, en última instancia, a su “American Way of Life”, a su manera de entender el mundo, que es un sistema capitalista imperialista, que tu sabes muy bien no es mi sistema ideal ni la vía que yo pienso que tiene que ser la de América Latina. Entonces escribí intercalando las aventuras de Fantomas, pero cambiándole el sentido, y en última instancia incluí la sentencia del Tribunal Russel. Y le pedí al editor que publicase esto imitando lo más posible una de esas pequeñas revistas de cómic, y que en vez de venderlo en las librerías, lo vendiera en los kioskos. Entonces el resultado fue que sesenta mil mexicanos leyeron eso en dos meses. Y que eso se distribuyó hasta donde se podía distribuir en América Latina.” (…) “
Para visualizar completa esta historieta:
Que bueno lo que publicás en esta ocasión. Es genial leer a Cortázar y en este caso, contando cómo llegó a su Fantomas y la bandera y objetivo que defiende. Un escritor comprometido con los pies sobre la tierra.
ResponderEliminarExcelente. No conocía esto.
ResponderEliminarGracias,che. Voy a tratar de subir entre hoy y mañana parte de una entrevista a Héctor Germán Oesterheld que está olvidada.
ResponderEliminarY de Cortázar y Fantomas...es notable la claridad: no hay un "enemigo malo,loco o desequilibrado", sino todo un sistema que el opresor(el imperio,cualquier imperio que fuere) impone al oprimido.