"Como interpreta
jorgito lo que lee
en los periódicos.
Así como hay niños
cuyo ideal son
los juguetes,
a Jorgito le da
por la lectura"
Tal
vez con gesto adusto, muy serio y con bigotes. Con esa imagen que uno tiene de
esos varones de principios del siglo XX. Una imagen sin colores, o con colores
sepia apenas, amarronados. Como el Daguerrotipo de un prócer, como aquellas
fotos primeras de los inmigrantes. Pobres o no tanto, da igual. Siempre correctos
en su vestir, con camisa y lazo o corbata pero casi siempre con el sombrero en
la cabeza. Ese hombre llegó a su casa. Con ese gesto en el rostro, pero con ternura. Con la
ternura necesaria para darle un obsequio a su niña o niño que –como todos
sabemos- reciben con alegría un regalo. Porque un regalo hecho con cariño es siempre
como un mimo, una caricia al alma, para esa hija o el hijo y ese hombre en fin,
seguramente vestido con saco, camisa y sombrero llegó a su casa y con
amabilidad le entregó un ejemplar de la revista “Billiken” a la criatura de la casa.
¿Billiken? ¿Qué era eso? Una nueva revista pero hecha especialmente para los
niños. La tapa es muy conocida y memorable: un niño atorrante, un pibe jugador
de futbol con un parche en el ojo izquierdo y en esa mano el dedo meñique
envuelto, con una venda. A sus pies un banderín caído, derrotado. Sugerente
tapa: la bandera de fondo y el subtítulo” El
campeón de la temporada”.
Al
abrir la revista, el pequeño lector vio la portadilla que les mostramos en este
blog. Su dibujante es Pedro de Rojas. El diseño de la página, una serie de
cuadros con chistes individualmente resueltos pero hilados por el tema, por el
modo de ver e interpretar que el niño hace de los títulos de los periódicos.
Por supuesto, entre el modo de imaginar esos textos y la realidad, allí se filtraba
el humor. Un humor ingenuo, simple pero efectivo. Candoroso.
En
1919 llega este dibujante al primer número de Billiken, la primera revista del
país dedicada especialmente a los niños, fundada por el periodista uruguayo
Constancio C. Vigil. Una revista que sobrevive hasta nuestros días y que en su
momento tuviera distribución por toda hispanoamérica. Ese hombre común del
principio, que le alcanzara una revista a su pequeño, quizás no fuera muy
distinto a ese dibujante español que se aventurara a través del Atlántico para
arribar un día a la soñada Buenos Aires a dibujar y dibujar y dibujar. Tal vez
ese niñito de Billiken que lo que leía se lo imaginaba a su modo, no haya sido
muy distinto a su autor, un dibujante de
47 años en ese momento, maduro, que posiblemente mirara hacia atrás a sus
inicios, allá en España, cuando intentaba conocer y la vida por venir era aún
un sueño que se podía soñar y el mundo, un sitio por descubrir.
Felipe
R. Ávila
Irreflexiones de hoy:("¿Habrá alguna foto de este dibujante español?¿Habrá que revisar colecciones completas de Caras y Caretas o de PBT o tal vez del diario Crítica-¿dónde las hay, completas?- para conocer su rostro?)
Próxima nota (21/02/2012): "Hora Cero", el documental de José Luis Cancio,papeles del día del estreno en el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas hace ya casi ocho años...
No es por desmerecer al señor Rojas, pero en el caso particular de esa tapa de Billiken el dibujo es una copia casi exacta -salvo por la inherente y necesaria argentinización - de la tapa de Noviembre 21 de 1914 de The Saturday Evening Post, hecha por uno de los más grandes ilustradores norteamericanos: J. C. Leyendecker.
ResponderEliminarhttp://i.imgur.com/XZmLX.jpg
Sorprendente descubrimiento!
ResponderEliminarEl tuyo resulta un muy buen aporte...
Muchas gracias!
Muy bueno el articulo Felipe, has logrado revivir el pasado con un tema más que interesante….el nacimiento de "BILLIKEN", especialmente ese primer número. Respecto al autor de la portada, no es un crimen como se inspiró para ilustrar el primer número ( no fué el único), aunque interesante, como menciona Atónn, lo más importante es que tenemos enfrente la historia de una de las publicaciones que paseó allende los mares y que nació en nuestro país.Osvaldo Laino.
ResponderEliminarHonrado por tu comentario,Osvaldo.
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