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martes, 17 de mayo de 2011

Pablo Pereyra: el diseñador de las revistas de Oesterheld











Logotipo de revista Hora Cero, de Editorial Frontera,año 1957, utilizando la tipografía "Franklin Gothic Heavy" sobre un soporte de características orgánicas. Resaltan las letras blancas sin serif sobre un fondo en negro, obteniendo un contraste absoluto.







Una de las características sobresalientes de Editorial Frontera, la mítica empresa que acometiera Héctor Germán Oesterheld junto a su hermano Jorge, fue la imagen de la misma. Además de los guiones originales y de la posibilidad de expresión de ilustradores extraordinarios –nunca tantos de tanta calidad en un mismo medio-, la editorial tuvo un tratamiento gráfico y publicitario novedoso que recayó en el maestro de dibujantes, y por entonces artista con experiencia en agencias de publicidad, Pablo Pereyra. Este creativo realizó las tapas de las publicaciones, primero ateniéndose a las pautas de entonces con algunos cuadros de la primera historieta de la revista en tapa, como introducción. Este sistema ayudaba a darle algo de color al personaje, ya que tapa y contratapa eran, a la postre, las únicas a color. Las revistitas Frontera y Hora Cero eran apaisadas y pequeñas (13x19,7 cm). Pereyra le agregó a una imagen fuerte (generalmente un soldado, un guerrero indio o un personaje ya reconocido por los lectores), algunas líneas de texto donde se aclaraban los autores: del guión y los que dibujaban en el interior. Las portadas de entonces trasuntan dinamismo, y fuerza. El logo de cada una redondea la imagen. Tanto el de Hora Cero como el de Frontera fueron realizados presumiblemente por Pereyra, no así el emblemático isotipo de la editorial con el indio Pampa parado en el caballo, oteando el horizonte, que fue dibujado por Joao Mottini. El propio Pereyra contaba lo sucedido por entonces en un excelente reportaje:(1) “La mejor aventura que tuve como publicista fue cuando me invitaron a hacer una revista de historietas. Todo surgió, creo, en casa de Pratt. Todos los integrantes del cuerpo de profesores de la Panamericana nos reuníamos allí con Oesterheld, en un asado. Estaban Pratt, Bayón ,Lipzyc ,Breccia. Hablamos de hacer algo. Pero quedó ahí .No se volvió a tocar el tema. Cuando Oesterheld decide abandonar editorial Abril y fundar su propia editora con algunos dibujantes de Abril, Lipzyc le propone mi nombre para director de arte. “Pereyra no sabe nada de historietas” le contestó Oesterheld. Tanto insistió Lipzyc que me llamaron. Pratt había hecho unos bocetos. Me propusieron hacer una o dos revistas. Habría que hacerlas aprovechando el público de Misterix, pensé. Tenía la tapa con cuadritos, como Misterix, para atraer al público.” Posteriormente, desaparecen los cuadritos en la tapa y la imagen gana todo el espacio. Se afianza Hugo Pratt como ilustrador (ya era EL historietista-referente para una nueva generación de dibujantes y lectores). Amplía Pratt sus posibilidades con la realización de las portadas de Hora Cero Extra, de formato vertical, donde recrea el mundo de los uniformes de las tropas combatientes en la reciente guerra mundial. Pratt tenía frescos recuerdos de su sobrevivencia en la guerra, a los que le sumaba una documentación eficiente y colorida: distintivos de grupos, armas, rostros de los combatientes...Todo era expresado por Pratt, con la aparente eficiencia del documentalista y la expresiva belleza del artista joven, que parecía beberse el mundo desde su Buenos Aires adoptivo. Pereyra continúa en el citado reportaje: “Hora Cero se hizo en mi casa, en la calle Francia al 2000, que estaba en reparaciones. Después se pensó en hacer algo en la casa de la hermana de Oesterheld. Cuando hubo dinero, vinimos al centro, a la calle Cangallo. Venía los viernes a ver a los nuevos dibujantes. –Mirá , “tano”, los bocetos para dos colores son estos -le dije a Pratt cuando le entregué los primeros bocetos. Pratt me gustó porque calcó el boceto que hice y le dio su estilo. -Decime una cosa, qué hiciste, me pusiste todos los soldados al revés! (había calcado al revés). -¿Y acaso no hay soldados zurdos ?-me contestó-.



El clima de libertad creativa se trasunta en la originalidad del producto revista de historieta moderna, tanto desde las ilustraciones, como del guión y el diseño. Un nuevo producto para una nueva mentalidad de lectores. Pablo Pereyra cuenta (2): “Así surgió Frontera, con el Sargento Kirk. Se llamó Frontera porque pensé en la lucha de fronteras, representada por el Sargento Kirk. Después surgió otra revista. Se propuso ponerle de nombre Ataque o Combate. Propuse Hora Cero. Me parecía que la hora cero es el comienzo de la guerra moderna, la cuenta regresiva para lanzarse a la aventura moderna. Hora Cero fue la revista que revolucionó todo lo que venía haciéndose” .

El talento y la experiencia de Pereyra, no sólo le dan la clave al grupo de la denominación de cada nuevo producto, sino que lo lleva a realizar publicidades memorables sobre concursos, nuevas publicaciones y personajes. Así, los lectores se enteran en otras revistas de la Editorial de la aparición, por ejemplo, de Sherlock Time en Hora Cero Extra Nº 5,lo que lleva a una retroalimentación del producto, hoy muy común, pero novedoso por entonces por la reiteración: el lector tenía la sensación de estar bien informado de cada detalle, y el todo (revistas en su conjunto, autores y lectores)era una isla (o por lo menos así se autoproponían) en medio del resto de las publicaciones. Y cuando uno expresa el resto, se refiere también al mundo. En vista de la vanguardia mundial que representaron, con sus claras influencias .Y porque Oesterheld planteaba ya desde el primer número de Hora Cero que ésta -y las restantes revistas de la Editorial, aún las que estaban por aparecer a futuro- eran piezas únicas, de colección, con contenidos para gente pensante, una historieta adulta pero también disfrutable por menores no imbecilizados. Si bien las publicaciones de Editorial Frontera eran un producto diseñado desde todo sentido según lo expresado, las historietas en sí presentaban al comenzar el título, dibujado por el mismo ilustrador, con resultados desparejos. Esta costumbre de rotular el mismo dibujante su obra, a veces se complementaba con el trabajo del anónimo letrista, verdaderos creativos que resumían (al modo de un logotipo, pero sin su síntesis), el contenido básico de la historia. En una simbiosis entre contenido y nombre (expresado allí) del protagonista, o título de la historia, que intentaba ser síntesis, pero que abundaba en detalles superfluos o faltos de economía visual. Porque ya se sabe: en Diseño...“Lo menos, es más /Lo más es menos” – escribía Bob Gill. Si bien vistos hoy día muchos encabezamientos o titulares de historieta visualmente hablando han envejecido, algunos mantienen la fuerza inicial, sumada a cierto encanto naive que permanece. Junto a estas variantes, solían aparecer como introducción a la historieta cuadros con el título puesto en un rotulado mecánico, colocado por el diagramador de la publicación que fuere, ateniéndose simplemente al uso de alguna tipografía de catálogo. Pero los encabezamientos de cada historieta no son algo externo a la historia sino, por el contrario, parte de las mismas. Están ligados por la artesanía de su construcción a la destreza del dibujante de la historia, aunque no sea siempre éste el que los realice.Existe una larga tradición de historietas presentadas de este modo y no faltaron en varias etapas de las revistas de Frontera. Pero una sensación de culminación de una época les rodea; de algo parecido a lo máximo posible por dar, de su parte. Todo lo contrario a lo que sucede con los guiones de ellas, siempre actuales –aunque algunos pequeños detalles delaten su antigua realización-. El trazo vanguardista del pensamiento oesterheliano, aunado al lenguaje visual innovador de artistas como Alberto Breccia , siempre tendrán algo más por decir. Nos remiten a una nueva y más detenida lectura, a una revisión de los dibujos, a una atención más detallada y constante para disfrutar de esos objetos realizados en segundo plano, de esos paisajes alejados, de esas voces que aún proclaman que la invasión está presente.

Felipe R. Ávila.

Datos: (1)y (2): Fragmentos de la entrevista realizada a Pablo Pereyra en la revista “Perspectiva de y para los DIBUJANTES”, Nº 2, de Mayo-Junio de 1981, sin datos de los autores.La foto de Pereyra, gentileza de José Massaroli. Las portadas de las revistas Hora Cero y Frontera se muestran sólo con fines ilustrativos. El logotipo que encabeza esta nota fue reconstruído digitalmente utilizando la tipografía antes nombrada por el mismo autor de esta nota, Felipe Ricardo Ávila.



PRÓXIMA NOTA (20/05/11):Los últimos días de vida de "Tanguito" narrados en formato de historieta.

2 comentarios:

  1. Con excelente me quedo corto. Parece un capítulo de un libro sobre la historia de la historieta. Es más, para cuando el libro?
    Un abrazo!

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  2. Gracias amigo.Últimamente vos y Marcelo son los únicos que escriben, da la sensación de que podríamos habalr a los gritos y resonaría,de tan vacío este lugar.
    ¿será posible?jejeje...

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