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sábado, 17 de marzo de 2012

Turay (hermano) el primer intento serio de hacer historietas formando una cooperativa


Aviso: este monográfico realizado a principios del siglo XXI será presentado en forma completa en este blog durante seis entregas consecutivas para una mejor y más clara lectura.

 "TURAY, HERMANO DE AVENTURAS
(parte 1 de 6)

EL PRESENTE TRABAJO RESEÑA LAS CARACTERÍSTICAS DE UNA REVISTA ARGENTINA DE HISTORIETAS DE CORTA DURACIÓN EN EL MERCADO, QUE PESE A ESTA CIRCUNSTANCIA HA LOGRADO UN LUGAR EN LA HISTORIA DE LAS PUBLICACIONES DE NUESTRO PAÍS POR DOS MOTIVOS PRINCIPALES:

1) SU CALIDAD (GUIÓN - DIBUJOS)
2) POR  ESTAR REALIZADA POR UN GRUPO DE AUTORES REUNIDOS EN COOPERATIVA, PARA LA PRODUCCIÓN DE HISTORIETAS SIN RESTRICCIONES, ASOCIADOS EN DEFENSA DE LA FUENTE LABORAL Y DE SUS DERECHOS (CREACIÓN) EN CONJUNCIÓN CON UNA TRADICIONAL EDITORIAL DE BUENOS AIRES (PARA LA PUESTA FINAL DE LA REVISTA
EN LOS KIOSKOS).

Partes en que está dividido el trabajo:


1) Introducción
2) Orígenes:
                        2-1: Situación del mercado.
                        2-2: Disposición de los autores ante un intento cooperativo. Objetivos.
                        2-3: Dibujantes y escritores.
3) Análisis de la publicación:
                         3-1: Composición de la revista.
                         3-2: Formato.
                         3-3: Portada- Retiraciones y contratapa. Características generales del interior de la publicación.
                   3-4: Tiradas.
                   3-5: Descripción minuciosa de las partes componentes de la revista,    enumeradas en 3-1.
 4) Apéndice gráfico.
 5) Conclusiones.


TURAY / REVISTA DE HISTORIETAS / MONOGRAFIA

1) INTRODUCCIÓN:

 Argentina ha producido a lo largo del siglo XX muchas revistas de  historietas, desde las primeras que privilegiaban la publicación de material extranjero comprado a los Sindicates estadounidenses, hasta cualquiera de las más recientes donde la situación está definitivamente revertida, dando lugar al trabajo creativo de guionistas y dibujantes del país, en su mayoría. De todo lo hecho, han quedado en la memoria de los argentinos
 muchísimos títulos: "Misterix", "Hora Cero", "Frontera", "Patoruzito", "Pif-Paf"... revistas de indudable calidad de las que siempre se puede indicar que marcaron comienzos o finales de etapas, o el ascenso creativo de algún guionista hasta allí opaco, el comienzo del crecimiento de algunos dibujantes o su punto más alto; así como también cabe decir de todas ellas que eran gráficamente visibles en los kioskos de su época. El resultado final nos da: revistas de historietas resueltas técnicamente bien o muy bien, según el caso, y perdurables en la gente, en su memoria, integradas definitivamente a la Cultura Nacional.  Pero a éstas les corresponde a su lado, en el espacio que hace de la Cultura todo lo realizado conscientemente por los hombres en un determinado lugar y en un lapso definido, una cantidad aún mayor de revistas que no sobrepasaron los primeros números. Estas publicaciones así englobadas, incluyen desde las que no contaron con el aval del público por su baja calidad, hasta las que, sobresaliendo gráfica y literariamente no pudieron escapar a innumerable cantidad de factores que les fueron adversos, entre los que gravitó sobremanera la fragilidad de la economía del país, con sus diversos cambios de dirección. La publicación analizada en este trabajo corresponde a este último grupo.

 2) ORÍGENES:
                        2-1: SITUACIÓN DEL MERCADO:

 Los vaivenes de la economía nacional, ligados indefectiblemente a los cambios y convulsiones del mundo, han condicionado desde siempre la continuidad de las publicaciones argentinas, afectadas no sólo por problemas técnicos - léase: producción y/o importación de papeles, tintas, etc. - como así también por los distintos cambios institucionales del país, lo que ha llevado a producir tanto "lo que el público quiere leer", como "lo que los gobernantes de turno han permitido", factores al fin y al cabo existentes en casi todo el orbe pero con distintos grados de permisividad, producción y
calidad.  La revista Turay comienza a gestarse en los años de la vuelta definitiva al país del Tte.Gral. Perón. Un nuevo gobierno elegido por el pueblo, que llega, un viejo y desgastado gobierno militar, que se retira. Es esta una época en la que florecen las revistas de contenidos político, de revisión de la historia (del siglo pasado y reciente), de humor y sátira política. La época de "Satiticón", de "Mengano", etc. Pero también la de las revistas "de actualidad": "Gente" y "Siete Días", entre las más recordadas e
importantes por su gran tirada. Más de trescientas publicaciones de diversos temas y calidades en los kioskos de venta del país. En materia de revistas de historietas, el auge de la importación de revistas mexicanas - con preeminencia de las de la Editorial Novaro - había decrecido. A las razones que nosotros podemos como país importador exponer, no le van en saga las que ellos sufrieron en carne propia, problemas internos de la editorial, de costos de papel, y de cantidad, lo que los llevó a reformular sus formatos, achicándolos, siempre manteniendo la lectura vertical de las páginas pero perdiendo en calidad y en presencia o impacto visual. Ya sea por estas razones o por otras relacionadas con el interés cambiante del público lector - o tal vez por el arribo de otra generación de lectores -, estas revistas mexicanas dejaron de pesar en el consumo interno del mercado argentino. Revistas mexicanas que venían plagadas de super héroes norteamericanos triunfantes, en un mundo con ojos de una mirada un poco más profunda. A pesar de lo expresado, la necesidad de evasión y de entretenimiento permanece y hasta se acrecienta en situaciones difíciles. Cambian los temas, los modos, los medios, pero persiste. Las revistas de historietas conllevan un alto grado de entretenimiento en sus propuestas, al margen de otros valores: calidad o no, diversión o no, inteligencia o estandarización. 
Dejando de lado una cantidad interesante de publicaciones de baja calidad (pero abundantes en cantidad), con material malamente reproducido, muchas veces sin la aclaración de autores y/o deficientemente traducido, más allá de éstas, permanecían las revistas de Editorial Columba, con un 99% de material argentino en sus páginas. Estas revistas de historietas, en general se reiteraban en ciertos esquemas y encumbraban personajes adocenados, moralmente intachables - irreales -, pero han tenido el mérito de ser la base sobre la que maduró más de un autor inteligente (tal el caso de Almendro, Albiac, Morhain, Grassi y, por supuesto, el mejor y más prolífico de todos ellos: Robin Wood), como también de dibujantes como Ricardo Villagrán, Lucho Olivera, García López y Lito Fernández, entre otros. Es también en estos años en que Héctor Oesterheld vuelve a Columba (*), para continuar algunas series de otros autores como "Kabul de Bengala" (con dibujos de Horacio Altuna, en Fantasía), y realizar las suyas propias: Brigada Madelaine (en El Tony), "Killroy" -
con dibujos de Carlos Enrique Vogt - (en El Tony) y para Fantasía: "Roland, el corsario", la mejor de todas ellas, la que lo encuentra en uno de sus más altos picos creativos, acompañado por un consolidado  y joven dibujante: el español José Luis García López. Historieta extrañamente olvidada, Roland es una creación mayúscula del mejor guionista argentino de todos los tiempos.
El mercado historietístico se completa por entonces con las revistas dedicadas al público infantil: "Hijitus", "Larguirucho", "Patoruzito", etc.
Para el sector de público consumidor juvenil en 1974 estaban por aparecer dos revistas de historietas, que llegarían a captar a un consumidor adulto. Ellas fueron: "Skorpio", auto titulada "el mundo de la gran historieta", de Ediciones Record, y "Turay" subtitulada "hermano de aventuras", surgida de una cooperativa de guionistas y dibujantes argentinos, con la estructura para la puesta en la calle de la editorial Julio Korn, en asociación con Fabril Financiera.

2-2: DISPOSICIÓN DE LOS AUTORES ANTE UN INTENTO COOPERATIVO. 
                             OBJETIVOS.

 Muchas han sido las revistas que publicaron historietas. En el apartado anterior la breve reseña nos muestra algo habitual: editoriales que pagan por sus trabajos a guionistas y dibujante y que luego republican el material  (ya de su pertenencia) aquí o en el exterior. Hay situaciones en las que se devuelven los originales al autor, pero eso no era lo que sucedía en la mayoría de los casos por aquellos años.  Esta situación intentó ser revertida mediante un proyecto cooperativo. Así, un grupo de guionistas y dibujantes luego de un sinnúmero de reuniones previas, establecieron las bases para darse a si mismos una oportunidad de trabajo bien remunerado, sin restricciones temáticas ni problemas autorales posteriores a la publicación. En esas circunstancias, ante la imposibilidad habitual de ser  ellos mismos los autores y a la vez responsables de un proyecto editorial, se dieron una serie de factores coyunturales que favorecieron el proyecto, le dieron soporte, presencia y quizás paradójicamente fueron el germen del fin. Al frente del proyecto estuvo el dibujante Enrique Meier, elegido por sus pares como director de la revista. La concreción de la misma pudo darse luego de establecidos los acuerdos correspondientes entre, por un lado la cooperativa, y por el otro la editorial Julio Korn, por entonces recientemente fusionada con Fabril Financiera. Las posibilidades entonces se brindaban para ambos: un grupo editorial conocido que ampliaba sus márgenes incorporando profesionales de alto nivel que publicaban por entonces en todas las revistas del medio y en algunas del extranjero (pero ahora con
un proyecto propio), y por el otro la posibilidad para ellos de concretar sus aspiraciones laborales (léase dinero, derechos de autor, etc.), pero también artísticas. Turay no tenía, como se dijo, restricciones temáticas. Si uno recorre las páginas de los cuatro únicos números que salieron a la venta de esta singular revista, encuentra tanto su diversidad temática como de estilos. Un hecho hoy tan intrascendente en una historieta como el mostrar los pechos desnudos de una mujer, solamente podía verse en nuestro país por esos años en las revistas Skorpio y Turay. Ambas nacidas en ese año 1974, pero con destino distinto, fueron intentos renovadores, novedosos, ante la pacatería y moralina reinantes en las revistas de las llamadas "editoriales tradicionales". Rasgos de censura y a veces de autocensura, promovidas en apariencia en cuestiones estéticas, pero sólo en su superficie: una fuerte ideología en su raíz controlaba y verificaba en realidad en esas añejas editoriales vernáculas lo que se decía más que el cómo se decía, aunque en apariencia y en una mirada rápida, "el pecho" fuera lo único que molestaba. Importaba demasiado no tocar ciertos temas que rozaran lo social: como la pobreza, la desigualdad, la mortalidad infantil, la represión de Estado, la falta de solidaridad en la comunidad actual, el poder de los imperialismos de la época sobre la realidad latinoamericana, etc. Nada de esto se veía en esas historias, todo transcurría en el Bronx, Manhatan, Europa, Africa o Asia, en sus pasados o futuros, y teníamos pocos ejemplos de nuestro sub-continente americano o de la misma Argentina: piénsese ahora a la distancia cuánto había por escribir aún en el terreno de la ficción sobre lo que nos estaba pasando, pero no, no era conveniente. Estamos hablando de una etapa que todavía era democrática en lo político: faltaban dos años para la llegada al poder ejecutivo de la Junta de militares. Después era hasta lógico el callarse; pero en 1974, entonces, era una cuestión de conveniencia o - decididamente - de ubicuidad ideológica en el más puro y acendrado conservadurismo.  Así como no se tocaban aquellos temas, tampoco en esas editoriales se intentaba la revisión de los últimos años de historia, un ríquisimo material plausible de traslación a la aventura en cuadritos. Por esta huella de imposibilidades comenzó a deslizarse Turay, y este no es poco mérito para una revista de historietas que quedó trunca cuando más prometía, con autores en crecimiento y otros ya consagrados. El acuerdo entre la editorial Julio Korn y la cooperativa se hizo y produjo Turay. ¿Habrán visto - con el correr de los números publicados - que eso que ellos -la editorial, es claro - estaban avalando, era algo que se les estaba yendo de las manos, ideológicamente hablando? Tampoco era para tanto: eso sí, había aventura latinoamericana, algo de revisión histórica, desenfado visual, unos héroes que no eran del todo buenos ni malos o buenos de a ratos, etc. Pero a veces estas editoriales eran capaces de vislumbrar hasta dónde podían llegar estos creativos si seguían soltando la cuerda...de su talento. Y la cuerda se tensó, como veremos más adelante, en este trabajo.


Felipe Ricardo Ávila


BIBLIOGRAFÍA:
Guillermo Saccomanno y Carlos Trillo: "Historia de la historieta argentina",
Ediciones Record, Bs. As., 1980.
Entrevista a Enrique Meier, en revista "Perspectiva, de y para los Dibujantes, Nº 2, Editorial Perspectiva, Mayo 1982.
Colección particular de revista Turay, hermano de aventuras.


Próxima nota (20/03/12): Turay, hermano de aventuras (Parte 2, de 6)





4 comentarios:

  1. ¡Gracias, mi queridísimo amigo!
    Es un trabajo laaaargo para leer,
    pero espero sea fructífero.
    No ganaba nada teniéndolo guardado...

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  2. Magnífico trabajo Felipe!
    Me encanta como encaraste el tema.
    Además sienta las bases para el debate. Obviamente, cualquier trabajo inteligente, y eso en vos es una constante, debe sentar las bases para el debate. Debate ameno, donde seguramente estaremos de acuerdo en un 90% de las cosas y podremos negociar el otro 10!! jaja.
    En serio. Si sale publicado esto en una revista, lo compro para leerlo varias veces.
    Esto merece ser publicado, querido!!!! No puede ser que un razonamiento histórico como el que hacés, no quede plasmado en el papel.
    Esto es educación, Felipe. Este tipo de charlas es lo que necesitamos para sacudirnos la banalidad presente.

    Te felicito y espero que pronto podamos leer más.

    Cuando contás lo de las Novaro, no puedo dejar de estar de acuerdo en todo lo que decís y más. El análisis que hacés del formato y la temática es excelente, completo y muy bien sintetizado.

    Hay algo que por ahí podríamos charlar. ¿Por qué no tuvo más auje en ese momento en que el lector buscaba algo más que la chatura propuesta por DC-Novaro, los personajes un poco más profundos de Marvel? Acá pasaron, por esos años sin mucha pena ni gloria. Publicaciones como las que tenían esas tapas espectaculares de Lopez Espi, no tuvieron repercusión. Sin embargo la propuesta (no le pidamos taaanto tampoco) era más profunda que la de DC.

    Respecto de Turay, tengo la 3. Me parece una excelente publicación, lamentablemente disminuida por las circunstancias económicas que le tocaron vivir. Con un formato como la Skorpio y un poquito más de empuje monetario, esta revista hubiera llegado tranquilamente a los 100 números. Lástima. Nos dejaron con las ganas una vez más.

    Un abrazo y espero pronto leer más.

    Marcelo

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  3. Muchas gracias por el "comentariazo", tan extenso como completo!A uno le encanta leer cosas así, garcias por los elogios y te respondo:
    no se por qué no tuvo éxito,el comentario del formato -que también de alguna manera lo hacen Trilo y saccomanno en su libro, no parece terminar de explicarlo, porque se veía la revista aunque es cierto que algunos kioskeros la ponian entre la patoruzito y la de Carlitos Balá...Creo que faltó sostenerla un tiempo,digamos que llegara al número 10,para verla evolucionar. Y esto es si es así, un feo error de la editorial Julio Korn que no la quiso bancar más aunque entradas de guita por publicidad le llovían...

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